¿Han escuchado alguna vez a alguien decir “es que yo soy así” o “soy así y no pienso cambiar”? ¿Has dicho alguna vez una de estas frases?
Podría decirse que la gran mayoría de nosotros la ha dicho. Lo hacemos desde una posición egocéntrica donde reafirmamos nuestra individualidad y personalidad. ¡Pero atención, el ego tiene su lado positivo!
Sin embargo, al expresar este tipo de frases para justificar nuestra individualidad, nos bloqueamos al cambio o al menos, lo alejamos de nosotros. Y eso quiere decir que no nos permitimos algo y al hacerlo, no honramos nuestro amor propio.
Somos seres cambiantes, de eso no cabe duda alguna. Constantemente cambiamos, solamente necesitamos ver nuestro cuerpo para comprenderlo: las células se regeneran diariamente, perdemos pelo y nos sale nuevo, tenemos procesos digestivos y respiratorios que nos ayudan a continuar con nuestra vida…pasamos de la fatiga a la máxima energía con tan solo 7 horas de sueño… ¿acaso eso no es cambiar?
Cuando replicamos que somos así, justificando nuestros puntos de vista, actos o respuestas; negamos nuestra naturaleza cambiante, el derecho a cambiar y sobre todo, nos enredamos con nuestras formas de pensamiento, ideas y prejuicios. Incluso eso puede cambiar, todo es susceptible de cambiar. Piénsalo.
¿No sería más amoroso y bondadoso hacia nosotros mismos reconocer el infinito número de posibilidades que tenemos?
Hoy no eres la misma persona que hace 5 años, ¿o sí? Por supuesto, conservas tu esencia, aquellas características que te hacen único/a. Pero si sigues sufriendo por aquello que te hacía sufrir hace 5 años, si sigues enojándote por las mismas cosas, si esos defectos (que también te hacen único/a) no han evolucionado…sí, sigues siendo la misma persona. Y en cierto punto, ¡qué lástima! Lástima porque ese período de tiempo habría podido servir para ver la vida diferente, para pulir el diamante que habita en ti, para ser una versión evolucionada de ti mismo. Anímate, sé tú y no lo que tus ideas, formas de pensamiento y prejuicios te digan. Permítete cambiar cuantas veces lo desees. Prueba nuevas experiencias y sabores e incluso, cambia tus gustos. Preséntate ante la vida y los demás con una nueva versión de ti mismo…y tus perspectivas cambiarán.
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