Si tu cuerpo pudiera hablarte, ¿qué crees que te diría?
Atender los mensajes de nuestro cuerpo nos permite conectarnos con su energía, sus necesidades y aquello a lo que debemos darle atención. El cuerpo es mágico y se comunica con nosotros constantemente, sólo hay que saber escucharlo. No es casualidad que varias corrientes alternativas hablen de la conexión mente-cuerpo y de cómo el dolor trata, usualmente, de decirnos algo.
El cuerpo es nuestro hogar, nuestro templo. Es el amigo (o enemigo, según como lo veamos) que nos acompaña hasta el final de nuestra vida. ¿Qué haces por él en tu diario vivir? ¿Cómo vives la relación con tu cuerpo?
Y una vez más te pregunto: si tu cuerpo pudiera hablarte ahora mismo, ¿qué crees que te diría? ¿Qué te pediría?
Seguramente te preguntarás cómo conectar con él. ¡Es muy fácil! ¿Qué actividades te gusta hacer? Responde sin pensar, dejando que fluya la respuesta que deba salir…y después, trata de hacer aquello que surgió. Te aseguro que sentirás alegría y empezarás a conectarte con aquello que te da placer, que alimenta tu alma y por ende, tu cuerpo.
El cuerpo es sabio y sabe cómo hablarte. Ese dolor de cabeza te dice algo (¿estás pensando constantemente?), así como ese dolor de espalda, tu fatiga, tu necesidad de comer dulce, tu deseo de quedarte en la cama. Todo, todo comunica y solo si aprendemos a atender los llamados de la sabiduría corporal, podemos comprender lo que nuestro interior necesita.
Una vez sepas qué anhela o necesita tu cuerpo, puedes enviarle amor a las partes que están hablándote. Esa es una forma de agradecerle por lo que expresa.
Envío amor a mi cuerpo y así, me amo
Siéntate o recuéstate y conecta con tu respiración. Inhala profundamente y ve soltando las tensiones de cada parte de tu cuerpo. Puedes hacer un “scan” desde la parte inferior hasta la superior y liberar las tensiones que vayas encontrando. Te aseguro que puedes sorprenderte haciendo este ejercicio, pues es fácil descubrir esos lugares que sienten tensión. Incluso puedes ir más allá y sentir si hay alguna emoción oculta. ¿Sientes temor, rabia, tristeza, desilusión, amor, confianza, ternura, gratitud, generosidad…?
Conecta con tu cuerpo, mientras la respiración te hace consciente de lo que estás viviendo. Ahora es el momento de enviar amor. Decide de manera consciente a qué partes le envías amor. Puedes incluso poner tus manos sobre las partes que sienten alguna tensión o dolor.
Sentirás que habrás terminado justo cuando te sientas en estado de gran relajación. Escucha tu cuerpo, él te dirá cuando parar.
Escucha tu cuerpo, él está allí para ti.
Texto e imágenes: IrisCoach