El mindfulness es una técnica que permite ser y estar o en otras palabras, reconocer lo que sucede tal y como es en el momento presente. Su práctica se asocia a diferentes corrientes filosóficas y espirituales.
Es, hoy por hoy, reconocida a nivel mundial como una disposición y apertura a observar y contemplar aquello que sucede, sin emitir juicios. Es, entre otras explicaciones, prestar atención -plena y consciente- a lo que ocurre: las sensaciones del cuerpo, los pensamientos, las ideas e incluso temores; dándoles la atención que merecen con curiosidad y aceptación. La idea no es modificar lo que llega, es reconocerle tal y como viene, sin más.
Profundizar en este tema es apasionante y es también otro modo de conectar con nuestro ser interior, pues a través de su práctica se reconoce aquello que espera ser reconocido. Es por eso que diversas universidades al rededor del mundo se han interesado, desde el punto de vista científico, a la explicación de esta experiencia sensorial y corporal que genera varios beneficios. Y también, cientos de centros de práctica de mindfulness se han creado para compartir y reproducir los frutos a corto, mediano y largo plazo.
Pero, ¿cómo practicar mindfulness en la vida cotidiana? Primero, estar presente en el momento presente. Cada quien encuentra su manera de estar presente y de ser presencia, a algunas personas les sirve concentrarse en un objeto de su entorno y contemplarlo, para así, practicar la observación plena. Segundo, sentir aquello que llega tal y como llega. La importante conexión con nuestras emociones nos permite reconocerlas y por qué no, analizarlas. Tensión, temor, alegría, tristeza, una lágrima o una sonrisa, son indicios de aquello que llega y se manifiesta. Recuerda, evita juzgar las emociones que vienen de tu interior, pues hacen parte de ti. Tercero, respirar de manera consciente, contemplando el valor de la respiración para el cuerpo. Cada inhalación es una bocanada de vida y cuando se inhala y exhala contemplando esa acción, se logra un estado de relajación profunda que puede dirigir a la meditación.
El mindfulness puede practicarse en diversas situaciones de la vida diaria: un paseo en bicicleta, la ducha matinal, cocinar, nadar, tomar el sol, escribir, los minutos antes de dormir e incluso cuando se asea. Cada uno implica una concentración especial y diferente, en un momento presente dado.
Por eso, y reconociendo el enorme valor de la música como vehículo para conectar, aquí está una lista de canciones para escuchar en atención plena, tomando consciencia de cada sonido en el momento en que llega. Respirando tranquilamente.
- Clair de lune, Claude Debussy
- Una mattina, Ludovico Einaudi
- La veillée, Yann Tiersen
- Run, Ludovico Einaudi
- L’absente, Yann Tiersen
- Canon in D, Pachelbel
- Experience, Ludovico Einaudi
- Hallelujah – Brooklyn duo (piano+cello)
- Chopin – Nocturne Op.9 No2
- Indian Background flute music – Instrumental meditation music
Escoge una de estas canciones y practica un poco de mindfulness. También puedes pasar por mi canal de Youtube y disfrutar.
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