Una de las relaciones más trascendentales y que fundamenta al ser humano es la relación con mamá.
Amada y venerada por unas y otras, en cambio, con una larga lista de críticas, reclamos y juicios.
¿Qué hace que este vínculo mueva tantas fibras y sea ineludible?
La relación con mamá es una de las más alabadas en nuestra cultura, donde se suele hablar de madres dedicadas, sacrificadas, entregadas y tiernas. Cuando tienes una mala relación con tu madre o que ella no es como la sociedad presenta, sientes que hay algo raro en ti.
Por eso, hoy te presento 3 ideas sobre la importancia de este vínculo y 3 más para transformar tu perspectiva hacia ella.
1. Mamá es tu primer vínculo con la vida:
Te acogió en su vientre y todo esto gracias al “sí” que le dijo a la vida.
¿Cómo es esto? Ya sabemos que el proceso de la procreación y gestación en sí, no es tan complicado: hay unas cuantas cosas por hacer y ya.
Pero una vez hay un embarazo, hay un sí que se ha dicho a la vida: a la que viene, a la que se gesta dentro, a la que se transforma, al cambio, al atreverse, a modificar el cuerpo, al arriesgar la salud (como sucede en muchos casos) y todo lo demás que implica el sí de mamá. Ella propició tu primer hogar, alimento y lugar de abundancia. La conexión con ella es muy fuerte hasta los 7 años de vida y el vínculo, en sí, es eterno. Mamá, en últimas, es la grande. Y aquí quiero preguntarte: ¿cómo te sientes con esa idea? ¿te resuena? ¿te hace eco? ¿te genera ruido?
2. De mamá recibes mucho más que el alimento y los cuidados.
Gracias al vínculo que tienes con ella, los temas como la conexión con la vida, la salud, el éxito, el dinero, la autoestima o la autoconfianza, llegan directo hacia ti. Además, es tu primer modelo de mujer y ejemplo de la energía femenina que todas las mujeres de tu sistema familiar te envían.
Así mismo, es el puente directo hacia la conexión con tu abuela materna, otra relación muy importante en tu vida de mujer. Igualmente: mamá te mostró aspectos importantes de cómo relacionarte en pareja gracias a la relación que tuvo con tu padre. Y por último, mamá te provee esa fuerza intuitiva que te lleva a seguir tu corazón.
3. Es un vínculo que trasciende el tiempo, el espacio, las críticas y las exigencias.
Aun cuando suele esperarse que mamá sea perfecta, es tan humana como tu.
Y bien lo dijo Bert Hellinger, creador de las Constelaciones Familiares, en la carta que escribió a su madre:
“Una de las grandes dificultades que enfrentamos es que nuestras expectativas respecto a nuestra madre, van mucho más allá de lo que una mujer común puede dar. A menudo, ella, nuestra madre, tenía que ser mejor que Dios. !Ay de ella! Si no es como Dios, entonces le hacemos reproches”.
Podrás tener 80 años, pero el vínculo y relación con mamá irá hasta el fin de tus días. Lo que en sí podrá ser distinto es que el vínculo es inherente y la relación es una construcción. De hecho puede haber vínculo y no una relación.
Entonces, ¿cómo transformar tu mirada hacia ella?
1. Mamá también es un ser humano, una mujer.
De hecho, antes de ser madre, fue una mujer con un camino propio. Es probable que ignores la mayor parte de su transitar. Y en todo eso: mamá, seguramente, repitió muchas de las cosas que vivió, que vio y aprendió. Es lo que suele suceder: la repetición es lo que enlaza al árbol familiar (aunque esto hace parte de otra publicación).
Quiero compartirte un ejercicio que puede ayudarte: aprende sobre la historia de mamá, tus abuelos y tus tíos.
Pregunta y obtén lo que puedas saber; reconociendo que cada historia es la versión específica de una persona.
En todo caso, eso te dará pistas sobre lo que ella vivió, aprendió y dio por hecho como regla de vida. Y en eso: ¿te animarías a descubrir el porcentaje que tienes, en donde eres igual a ella?
2. Ocupa tu lugar y encárgate de ti.
Eres la hija, la pequeña y así lo será siempre.
Cuando te sales de ese lugar vives las consecuencias. Es decir que es probable que los aspectos que recibes de mamá sean influenciados.
Algunos ejemplos:
- Tienes problemas de autoestima y autoconfianza: ¿sigues en contra de mamá? ¿continúas reclamándole por lo que hizo o dejó de hacer?
- Te cuesta concretar una relación de pareja: ¿acaso eres una pareja energética de mamá? ¿estás aliada con ella en contra de papá? ¿crees que debes quedarte a su lado antes de hacer tu vida o porque te necesita?
- Sostienes una mala relación con el dinero: ¿te cuesta tomar lo que viene de mamá? ¿continúas necesitando su validación y aprobación? ¿te cuesta entregar al mundo todas tus habilidades, dones y talentos?)
Encárgate de tu cuerpo, de tu relación contigo misma, de tus objetivos, de invertir en ti.
¿Crees que te corresponde resolver la vida de tu madre? ¿Cómo te hace sentir eso: llena de fuerza y energía o, por el contrario, sin ninguna fuerza vital? Recuerda: mamá es la grande. Ella ha recorrido un camino y sabe qué es lo mejor para ella. Mientras esté en perfectas condiciones físicas y mentales, se encarga de sí misma. Ahora: encárgate y ocúpate de ti.
3. Deja el pasado donde debe estar…lo contrario es seguir en la niña herida.
Cómo vives tu vida: ¿mirando hacia atrás o con la mirada centrada en el ahora y contemplando las posibilidades del futuro?
Te propongo un ejercicio práctico:
- De pie, con los pies separados según la distancia de tus hombros,
- Respira profundo y toma consciencia de tu cuerpo, de tu respiración y de tu sentir.
- Cierra tus ojos un momento e imagina que detrás tuyo, al lado izquierdo de tu cuerpo, está mamá.
- Observa si te volteas a verla o si te quedas en tu posición recibiendo lo que de ella te llega…
- Si tu caso ha sido voltear y verla, ¿cómo te sientes? ¿qué sensaciones surgen en tu cuerpo? ¿regresas al lugar inicial? ¿prefieres quedarte allí?
El pasado es un lugar emocional: en él habitan tus alegrías y heridas sin cerrar.
Si desde el presente sigues sintiendo y conectando con los dolores del pasado, es momento de revisar.
Mamá es y será la grande, hizo lo que pudo hacer según lo que su propia historia y camino le enseñaron.
¿Te animas a ver más allá de eso?
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