Hace unos diez años, una gran amiga psicóloga me decía: “perdonar no es olvidar, es recordar sin dolor”. Solo el tiempo y el deseo de vivir el perdón, hicieron que comprendiera la profundidad de ésta frase.
¿Qué es el perdón?
Perdonar es un acto de amor que libera tu Ser del sufrimiento e implica desapegarse del dolor.
El perdón vive en el momento presente y observa los sucesos del pasado como una referencia, sin necesariamente instalarse ahí. Perdonar implica regresar a ese momento y comprender que contenía una enseñanza, desprendiéndose de cualquier juicio. Porque ante una ofensa, al final solo se tienen dos opciones: sanar la herida o ser infeliz.
Perdón es…
- Un proceso que implica: paciencia, aceptación, amor propio
- Una decisión personal
- Una experiencia difícil, pero no imposible
- Sanación para tu Alma, tu cuerpo físico y tus emociones
- Un regalo que das a las personas implicadas e incluso, a tu árbol familiar
- Un regalo emocional: te liberas
- Poder recordar en paz
- Amarse mucho
- Cerrar un ciclo de dolor (también un ciclo con alguna persona o situación)
- Aceptar que ya no eres una víctima, tomando tu vida y viviendo como deseas
¿Por qué es importante perdonar?
Al perdonar se concentra la energía en emociones diferentes a la rabia, el juicio, el reclamo, la tristeza, el odio o la cólera. Ganas, entonces, vida.
Además, hoy por hoy se sabe de la relación que existe entre las emociones y las enfermedades. La medicina alternativa considera que toda situación que haya generado stress y sentimientos profundos de odio, depresión o juicio y que además, hayan quedado estancados sin ser procesados; tienen una mayor predisposición a configurar enfermedades. Así pues, observa el perdón como un estado de infinita comprensión por el perfecto proceso de la vida.
¿Qué se obtiene al perdonar?
Perdonar implica desprenderse de juicios, patrones, conductas e ideas que se han instalado en la mente y la personalidad. Porque somos más que nuestra mente, lo que también incluye a quien crees que te ha ofendido.
El perdón es un acto que está ligado al chakra del corazón y que de hecho, lo expande. Es en él donde logramos escalar a niveles profundos de consciencia, de entendimiento, comprensión y de amor incondicional por todo lo que nos rodea. Perdonar, nos conecta a nuestro Ser Superior, aquel que fluye con la vida y retirarnos de una parte del Ego que se siente víctima, se apega al sufrimiento, desea venganza o incluso, justicia a todo precio.
No todo es perdonable…¿?
Ahora bien, en la escala de valores de la sociedad hay cosas imperdonables: violaciones, secuestros, maltrato físico o psicológico, asesinatos…la lista puede ser mucho más larga. El perdón debe comprenderse como un camino que conecta con el amor propio, liberando a quien lo entrega y a quien lo recibe. Ahí donde comprendemos que éste amor:
- Acepta todo tal y como es
- Comprende los misterios de la vida
- Interioriza y acepta que amarse va por encima de todo dolor y en consecuencia, las emociones negativas que impiden el perdón son aquellas que también hacen daño
- Acepta que la vida fluye y evoluciona constantemente
- Comprende que todas las personas -incluidos nosotros- están haciendo lo mejor que pueden, con el nivel de consciencia que tienen en un momento determinado. Además, cada ser humano tiene una historia tan profunda y llena de matices como las capas de una cebolla. Lo cual no es justificar, es comprender desde la bondad.
Y sí, aunque puedan pasar varios años antes de que tu corazón perdone honesta e incondicionalmente, si tu deseo es liberarte, te comparto “7 ayudas para llegar al perdón” de Gonzalo Gallo:
- Mira al otro a quien calificas como tu ofensor con ojos de amor, acéptalo como un ser que ha actuado de manera inconsciente, es un hijo de Dios y un hermano tuyo en un estado de ignorancia.
- Perdonar es depurar lo negativo y, en lo posible, olvidar. Pero no es necesario que olvides, basta con que recuerdes en paz y sin rabia.
- Acepta que todo se puede y se debe perdonar. Es falso que haya hechos imperdonables. El perdón depende de ti, de tu decisión, en realidad no lo determina nadie ni nada más.
- El perdón brota desde adentro si estás con Dios y tienes humildad. No dejes que el ego te lleve a creerte mejor que tu ofensor.
- El perdón pide verdad, justicia y reparación, aunque sean simbólicas. Perdonar no es permitir que el ofensor se salga con la suya.
- Para poder perdonarte, sé bueno contigo mismo y destierra la culpa que te roba las energías. Si te perdonas, tendrás felicidad y paz. De todas maneras ten en cuenta que perdonar no significa ser permisivo con tus fallas sino aceptar, asumir y cambiar.
- Toma consciencia de todo lo que ganas cuando perdonas y liberas toxinas emocionales. En realidad el perdón es un regalo para ti, no para quien te ha ofendido.
Sin importar cuanto tiempo te tome, recibe el regalo del perdón.
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