Amor propio: 5 claves

¿El amor propio es necesario?

Si descompones la palabra autoestima, te darás cuenta que es la estima que tienes por ti misma. El amor propio es una estima que se ve y se siente. Se ve en tus decisiones, acciones, reacciones y por supuesto, en cómo te tratas. Y se siente en tu cuerpo, en cada paso que das, en los músculos contraídos o distendidos y en cómo él se comunica contigo como un mensajero de tu mundo interno.

1. Mamá y el amor propio

¿Cómo se relaciona tu mamá con el amor propio?

Además de haber iniciado tu vínculo durante los meses de gestación, tu mamá es la primera referencia que tienes sobre el amor propio. En sí, ella te enseña y puedes tomar: el amor propio, la autoestima y confianza, la conexión con la vida, la energía femenina y cómo te relacionas con ella, la salud, el éxito, el dinero y junto a tu padre, aspectos claves de madurez para tener una relación de pareja. En pocas palabras, podemos decir que aprendiste a amarte de la forma en que te amaron. 

Por eso, reflexiona:

¿De qué forma te amaron? ¿Qué aprendiste del amor materno? ¿Fue ausente, constante, presente, coherente o incoherente a tus ojos? ¿Te amas hoy de la misma forma en que fuiste amada?

La manera en que aprendiste a amarte va contigo durante toda tu vida. Además, buscarás -consciente o no- este amor en las relaciones de pareja e interpersonales; porque vas proyectando tus luces y tus sombras en los demás. A tus ojos, ese amor tiene un calificativo. Es probable que esa forma de amar sea tóxica, hiriente e incluso, “mala”. Sin embargo, no ha sido al azar.

De tu madre aprendiste a amarte…tal y como ella vivió el amor. Se trata de un entramado de amores que se repiten de generación en generación. Entonces, ¿qué haces con el amor propio? ¿Qué decides replicar en tu propia autoestima? ¿Cómo quieres relacionarte contigo misma?

“Crecer es, entre otras, amarte tal y como eres, siendo responsable por tu vida, reconciliándote con la crítica interna y actuando en consecuencia por lo que quieres”. Paola Usma

En ti conviven las heridas, dolores y tristezas de mamá. En ti también vive su fuerza y grandeza. 

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2. Conócete, con tus luces y tus sombras, así fortaleces el amor propio

El arte de conocerte es una experiencia que vives diariamente.

¿Quién eres? ¿Qué te motiva? ¿Cuáles son tus objetivos?
¿Cuál es tu sueño más preciado? ¿Cuáles son tus habilidades, fortalezas y capacidades? ¿Qué talentos y dones tienes? ¿Cuáles recursos has adquirido gracias a todas las experiencias y transformaciones que has vivido? ¿Cuáles son tus puntos a fortalecer? ¿Qué te ilusiona, alegra o entristece? ¿A quiénes admiras y por qué? ¿Cuáles son tus para qué y tus por qué? ¿De qué formas te expresas amor?

Este arte implica indagar y buscar en tu interior las respuestas a tus preguntas. Pues es en tu voz interna donde habita la sabiduría de tu Alma y donde existen las claves para guiarte por los caminos que te llevan a la transformación y crecimiento continuos.

3. Respeta tus procesos 

Si lo observas, toda tu vida se ha tratado de procesos. Los has tenido a nivel personal, amoroso, profesional, familiar y en relación con otras personas. Esos procesos te han permitido adquirir nuevas habilidades y por supuesto, transformarte.

Seguramente, algunas veces has querido acelerar el proceso incluso, modificarlo. Sin embargo, es gracias a cada proceso que adquieres mayor conocimiento de ti misma; además de lograr esclarecer o afianzar tus valores de vida. Es justamente en ellos que desarrollas tu Ser y experimentas la vida. Entonces, ¿por qué ir en contra de los procesos? ¿qué ganas evitándolos?

Si actualmente estás viviendo algún proceso de transformación, cambio o de contraste y se te invita a algo en específico:

• Respeta el proceso
• Entrégate a él con lo que necesites ser y hacer
• Amplía tu mirada: ¿qué te pide el proceso? ¿qué busca enseñarte? ¿qué es necesario ver? ¿cuál parte de ti se está desarrollando? 
• Confía en que la Vida siempre te entrega algo que va acorde a tu capacidad de transformación y de respuesta. 

4. Comparte tu esencia

De tu familia has heredado valores, creencias, patrones y formas de ver la vida. Allí, en tu árbol familiar, existe una gran cantidad de talentos, dones y recursos que has recibido y que mereces desarrollar, compartir y dejar brillar.

Tu esencia, más allá de lo que hayas heredado, es única. No existe ninguna persona que sea como tú.

La idea, si te atreves, es que reveles tu esencia sin expectativas de aprobación, validación, amor, humillación o crítica. Y hacerlo, también es:

• Desarrollar tus talentos
• Lanzarte al logro de tus objetivos
• Vivir tus pasiones
• Comunicar lo que sientes a tiempo y asertivamente

5. Ámate tal y como eres, es el acto más valiente que harás

Cuando lo hagas, sin temores ni remordimientos, tomarás consciencia que eres responsable de ti misma y que nadie más podrá darte el amor que tu debes darte. Lo cual te evitará unos cuantos malos ratos.

Entonces dime: ¿te atreves a vivir en amor propio?

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