El amor propio es un arte.
Amarte tal y como eres será la única herramienta que te servirá hasta el final de los días.
Pero: ¿qué es amor propio en la vida práctica? ¿cómo desarrollarlo o aumentarlo?
¿qué condicionamientos recibiste sobre el amor propio?
¿estás destinada a amarte más o condenada a no amarte?
Por ahí dicen que el amor propio es la base de los demás amores. Esto aplica para los amores filiales, de pareja y de cualquier otra relación donde exista un intercambio. Por eso, hoy te comparto 3 pilares para potenciar el amor propio.
Amor propio es conocimiento.
Ya lo hablé en éste artículo; el autoconocimiento te permite reconocer tus luces y sombras, tus orígenes, tu poder interno y potencial. Conocerte es una de las herramientas que te permite:
- Ser tu misma y vivir tu esencia
- Hacer un balance de las áreas más importantes de tu vida. Ellas varían para cada persona, te comparto algunas: relación contigo misma y de pareja, relaciones en general, área profesional, diversión, salud física y emocional, finanzas, crecimiento personal (cursos, sesiones, talleres, etc).
- Saber hasta dónde vas y cuáles son tus límites.
- Cuáles son tus negociables y no negociables (en todas las áreas de tu vida). Ejemplo específico: ¿de qué formas te tratan? ¿cuáles son los límites de respeto que creas contigo y las demás personas?
- Cuáles son tus objetivos a corto, mediano y largo plazo en las áreas fundamentales de tu vida. Y, por supuesto, tus sueños: aquello que quieres hacer antes de morir.
- De qué forma quieres vivir tu vida y a través de cuáles valores.
Amor propio es práctica.
Son aquellos actos, pensamientos, emociones, palabras y prácticas que fortalecen tu ser, que te nutren, que te llevan a un siguiente nivel en tu crecimiento personal.
- Invertir en ti misma y tu desarrollo personal, en liberarte de cargas transgeneracionales, mentales y emocionales que bloquean tu camino.
- Dedicar tiempo a nutrir la relación que tienes contigo misma.
- Honrar tu vida, respetarla, ocupándote de ti y de lo que te compete.
- Reconocer tus logros. Empezando por reconocer el primer logro que tuviste: nacer. ¿Te animarías a hacer una lista con todos los logros que has tenido?
- Cuidar tu cuerpo física y emocionalmente.
- Hacer lo que amas a nivel personal y profesional.
- Dedicar tiempo a tus hobbies y pasiones, divertirte, tener momentos de esparcimiento
- Ser coherente con lo que dices querer, lo que piensas de ti, lo que dices de ti…y actuar en coherencia.
Amor propio es reconocer y vivir tu esencia.
Este es un punto más trascendental y que te conecta con tu espíritu. Es decir que vas más allá de las etiquetas, la profesión, lo que posees o lo que has logrado. Es reconocerte como parte de algo más grande: más allá de tu familia, de tus amigos, de tus relaciones cercanas, tu empleo…y que pasa a la humanidad entera.
Cuando te sientes parte de algo trascendental, te animas a cultivar esa área. Es importante diferenciar algo: no es cultivarla por creerte más, por sentirte superior, elevada o mejor…es cultivar por salud espiritual, aquella que repercute en tu salud física y emocional. Cuando cultivas este tipo de amor propio, sabes que:
- Lo que te dijeron que debías hacer es una parte tuya, pero no toda.
- Lo que te dice tu mente, que ha sido programada a lo largo de los años; es otra parte, no todo lo que lo que hay en tu corazón.
- Te descubres como un elemento que hace parte de un todo, donde tus emociones, pensamientos, creaciones y actos realmente cuentan.
- Cuando reconoces tu esencia te animas fácilmente a honrarla. Y lo harás aún con dolor, con retos, con transformaciones o con asuntos pendientes por resolver.
- Pues te entregas confiadamente al proceso. No es cuestión de hacerte de la vista gorda, sino, de permitirte vivir toda la experiencia terrenal y con lo que ella implica, entregándote a lo que ocurre.
- Sabes diferenciar entre la espiritualidad nebulosa, excesivamente romántica y distanciada de la vida terrenal…para ingresar a una espiritualidad racional, que se conecta con el aquí y ahora, que observa a los demás humanos como parte de la vida y, sobre todo, que trae el mundo del espíritu a la tierra; anclándolo en el presente y permitiéndote sentirte plena.
Como ves, es un ejercicio diario. Cada uno de los actos concretos y conscientes, de las emociones, de lo que transformas y experimentas; te llevan a potenciar el amor propio. Concibe esto como la famosa frase: “todos los caminos conducen a Roma”. Es decir, el amor propio es un recorrido que tiene diferentes caminos y que a su vez, no tiene condiciones: tus actos, emociones y pensamientos te llevan al gran destino de potenciar tu amor por ti misma. ¿Te atreves a vivirlo y a entregarte al proceso de amarte?
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