¿Tienes problemas con papá?
Mamá y papá son la base. Estoy segura que ya sabes que tienes un 50% de cada uno, lo que tomas de ellos y demás.
En caso de querer profundizar, te dejo este artículo que habla sobre mamá y este otro, sobre papá.
Pero, ¿qué pasa que aun no logras sentirte en paz con papá? ¿Por qué a pesar de tantos años, de la comprensión y el entendimiento, sigues moviéndote y reaccionando ante cualquier cosa? Hoy quiero hablarte de esas señales que te harán comprender por qué tienes problemas con papá.
Básicamente, la raíz del problema con papá es que no ocupas tu lugar de pequeña ante él. Seguramente te preguntarás y: ¿cómo lo hago? Debo decirte que esto no es mental, ni racional…es algo que se vive en el alma y que en la Constelación Familiar logras hacerlo, pues te rindes ante el control que tu pensamiento quiera tener y sencillamente, fluyes con lo que haya.
El inicio con papá
Tu vida inicia con mamá y papá, de allí vienes, esa es la base y eso es lo esencial. Pueden existir matices, hechos y situaciones… pero no son lo principal. Es como la conocida frase: “lo esencial es invisible a los ojos”. Es decir, puedes escoger centrarte en mil cosas o en lo esencial, que aunque pareciera más simple y pequeño, resulta ser tu origen. Y eso, nadie puede cambiarlo.
Tu vida inició con la unión de tus padres. Puedes elegir quedarte con eso y dejar de darle poder a cualquier otra cosa que interfiera en eso tan sustancial.
El impacto de tus acciones
Entonces, ¿dónde surge el problema con papá?
- De tu alianza con mamá. Esta se da de manera inconsciente y es por una gran fidelidad a ella. En sí, aquí hay dos inconvenientes: elegiste y una hija no puede elegir entre su madre o su padre. ¿cómo elegir entre una parte de tu ser y excluir su totalidad? Imagínate que tus dos pies o tus dos manos representan a tus padres, ¿cuál te cortarías? Suena extremo y así es: elegir es excluir. Sé que me dirás que hay situaciones extremas y que quizás, como muchas mujeres dicen, papá fue malo. No, ese es el segundo inconveniente de la alianza: no hay buenos ni malos. Cualquiera que haya sido la situación, por más dura que sea, les compete a ellos. La pareja es de ellos, no tuya. Tú solo eres la hija.
- Cuando haces una alianza con mamá, te pones de su lado y…te conviertes en la pareja energética de ella. Por supuesto, si te consideras así, inconscientemente por claro está, no hay espacio para nadie más. Porque quizás, de alguna forma, te crees mejor que tu padre. Y aunque en este episodio no hablaré de las consecuencias de esto, sí te digo que esto influye en tu vida, especialmente en el área amorosa.
- De tu actitud y deseo de querer cambiarle, arreglarle la vida, decirle qué hacer, tomar decisiones por él (a menos de que sea estrictamente necesario).
- ¿Qué tanto poder le das a tu pasado? ¿acaso vives el presente con los ojos en el pasado? De ser así, allí tienes una clave. El pasado ya pasó y no puedes ni podrás cambiarlo. Donde sí tienes poder es en tu forma de ver los hechos, la realidad y en cómo te relacionas hoy con lo que ya pasó. Lo contrario es estar en la niña herida.
- No ocupar tu lugar de hija y entonces, surgen dos posiciones: ves a tu padre como un amigo o inconscientemente eres la pareja energética de él. En el primer caso, quiero clarificar: una cosa es tener complicidad y confianza, pero siempre hay un límite (o al menos debería haberlo). Cuando tu padre es tu amigo íntimo: primero, te quedas sin padre y segundo, estás junto a un aliado. Amigos ya puedes tener muchísimos, padre solo uno. En el segundo caso, ocurre a la inversa del primer ejemplo. Es decir que de alguna manera, inconscientemente, te sientes mejor mujer que mamá para papá. Esto se da básicamente porque no eres la hija de mamá, no has tomado su energía femenina ni la vida que inicia con ella. El ponerte junto a papá tendrá un impacto en tu relación de pareja.
Estos son casos genéricos que se observan en Constelaciones Familiares y en la terapia sistémica. Los que he expuesto no reemplazan una consulta, pues cada caso es único y tiene más matices a tomar en cuenta.
Sí quiero recordarte, una vez más, que no estás condenada a vivir un destino. Estás siendo llamada, constantemente, a transformarte y revisar aquello que te duele. Si necesitas ayuda, por favor no dudes en buscarla pues la salud emocional y mental es tan importante como la dental.
Espero que este artículo te haya aportado luces sobre esas acciones que realizas y que impactan tu relación con papá. Y, sobre todo, que hayas podido expandir tu visión a aquello que parecía tan evidente.