Sana autoestima: 10 señales

La autoestima es el arte de estimarte.
Amarte tal y como eres es el acto más valiente que harás

autoestima

Cuando te ames completamente, tomarás consciencia que eres responsable de ti misma y que nadie más podrá darte el amor que debes darte; lo cual te evitará malos ratos, desilusiones y proyectar en los demás tus propias necesidades. Desarrollar una sana autoestima te trae beneficios en todas las áreas de tu vida pero, ¿por dónde empezar?

Hoy te presento 10 señales que vivirás cuando te ames tal y como eres, cuando tengas una sana autoestima:

  1. Responsabilizarte de tu vida: responsabilidad es la capacidad de responder.
    Entonces: ¿cómo respondes ante lo que dices querer?
    ¿Pasas a la acción o solo te quedas en las ideas?
    ¿Te atreves a observar tus heridas y encargarte de ellas? O ¿prefieres culpar sin cesar?
    Cuando eres adulta te responsabilizas por tus decisiones, por tus deseos y emociones. Solamente los niños necesitan recibir cuidados, atención, que les hagan o decidan por ellos y, por supuesto, que gestionen su estado emocional. Por eso, la próxima vez que necesites tomar una decisión, conectar con tu mundo interno y encargarte de ti, podrás asumir la responsabilidad de tu vida.
    Además, esto implica tomar responsabilidad por las decisiones que tomas. Puedes observarlo cuando has sentido paz con ciertas decisiones, incluso si eran fuente de dolor, si parecían difíciles o si representan un gran reto. 
  2. Actuar en consecuencia con lo que quieres.
    Es fácil decir que tenemos sueños u objetivos, ¿quién no los tiene?
    Lo trascendental es pasar al acto consciente y concretar. Incluso si crees no tener los medios o los recursos internos o externos; siempre puedes idear nuevas formas de obtener tus resultados. Y en eso, descubrirte como un ser capaz de ir hacia donde quiere, de accionar y aprender; tomando consciencia de quién es, qué quiere y con qué cuenta para hacerlo.
  3. Parar la crítica interna que te hace perder fuerza y foco.
    ¿Qué estás ganando con criticarte? ¿Algo ha cambiado?
    Como podrás darte cuenta, la crítica interna y despiadada es un síntoma de falta de amor propio. Entonces, conviértete en una detective de tus pensamientos, creencias e ideas. Descubre en ellos si te dan fuerza o si hacen todo lo contrario: drenarte.
    En el caso de que descubras que te drenan, actúa con amor hacia ti y permítete transformarlos. Si lo necesitas, recuerda que pedir ayuda y aceptarla es un acto de valentía que refuerza el amor propio.
  4. Reconocer tus fortalezas, habilidades, dones, talentos y todo recurso que te apoya.
    Conocerte te permitirá saber quién eres y qué has obtenido en el camino de tu vida. Para esto: apóyate en pasar tiempo contigo y en descubrir tu esencia; en tomar sesiones de autodescubrimiento y de reconocer más allá de tus títulos y experiencias, los aprendizajes que has adquirido.
  5. Reconocer tus aspectos sombríos y vivir con ellos en respeto por quien eres.
    Porque reconocer tu sombra te centra en lo que importa: saber que hace parte de ti, que también te sirve para desarrollarte como persona y, sobre todo, evitar caer en la negación absoluta de tus defectos o en excusarte porque sencillamente “eres así”. 
  6. Confiar en ti y dejar de pedir consejo.
    Y esto hace parte de amar tu sabiduría y guía interna, de reconocer que dentro de ti habita un poder que te conecta con todo aquello cuanto necesitas. Algunas veces se piden consejos y no se pasa a la acción. Pero, además de eso, verifica si al pedir consejo no estás buscando que alguien solucione tus temas, o encontrar una especie de figura de autoridad o, por qué no, un aliado.
    La autoestima es aprender a validarte y contar contigo, iniciando por esa voz interna que te acompaña, guía y apoya. Yo lo veo en las mujeres que consultan pues me dicen: “escuché tu podcast“, “recibí tu newsletter”, “leí tu artículo y sentí que debía escribirte y trabajar en mí”.
    Otras lo llevan a su cuerpo y me han dicho: “lo sentí en mi cuerpo, algo me dijo que debía contactarte”.
    Créeme esa es tu sabiduría interna que te invita a dar los pasos necesarios para sentirte plena.
  7. Despedirte de lugares físicos o emocionales que sean tóxicos (e incluso de personas).
    Cuando decidas hacerlo, verifica que lo hagas desde un lugar amoroso y no cargado de impulso, soberbia, rabia u orgullo; pues son actitudes que hablan más de procesos interrumpidos o duelos no cerrados, de emociones bloqueadas y de, probablemente, una niña herida. 
  8. Ver tu infancia sin reproches, culpas, juicios, críticas.
    Atrás quedaron las eternas facturas y pendientes ante mamá y papá. Lo que pasó (y lo que no) también fue perfecto.
    Ábrete a reflexionar: ¿qué haces con toda tu infancia? ¿Cómo puedes usarla para que sea tu mayor recurso?
  9. Decir sí a tus padres, tal y como son y tal y como fueron.
    No puedes, ni has podido ni podrás cambiarlos.
    Encerrarte en la idea de cambiarlos o ayudarles, solamente te quita fuerza. Ellos, con sus luces y sus sombras, fueron los perfectos Maestros para ti y para darte la vida. Re-encontrarte con esa idea es potenciar la adulta que eres, salir de la niña herida y exigente, para centrarte en la experiencia del amor propio y la autoestima sana.
  10. Validarte, aprobarte, incluirte y cuidarte.
    Nadie más lo hará por ti o al menos, evita esperar que lo hagan, pues es proyectar tus necesidades internas en los demás. Date el tiempo que necesites, los mimos y cuidados; desarrolla tu madre interna y cuídate como un cristal precioso. Al final, te sentirás mejor contigo misma y esto impactará positivamente tu vida.

Entonces dime: ¿te atreves a desarrollar tu autoestima?

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