¿En deuda con mamá y papá?

¿Sientes que debes “pagarle” a mamá y papá?
¿Acaso también sientes culpa y un peso por no encontrar la forma de hacerlo?
¿Te sientes en deuda con ellos?

Exploremos de dónde puede venir esta sensación, cómo impacta y en qué puedes enfocarte para trascenderla.

deuda

¿De qué formas podrías pagar el regalo de la vida?

¿Cuánto cuesta en tiempo, inversión energética y emocional y por supuesto, dinero? ¿Cuál es el precio? ¿cuál es su valor? Son preguntas difíciles de responder e incluso, pueden parecer ilógicas.
Lo esencial es que la vida no tiene precio, tiene valor, pero no precio. Entonces, ¿es lógico querer pagarla?
La vida es un regalo que te ofrecieron tus padres, independientemente de las condiciones en que hayas nacido. En un instante de la existencia, tu madre dijo sí a la concepción y gestación, se arriesgó, transformó su cuerpo, sus hábitos y rutinas…y tu padre participó en ello: es gracias a ese espermatozoide, a ese instante de unión de los dos cuerpos, tú estás aquí. 

¿Cómo te sientes con el merecimiento?

Imagina que estás celebrando tu cumpleaños y te dan un regalo, ¿sientes que debes pagar o devolver algo a la persona por esa ofrenda? No creo, seguramente lo recibirás. Eso mismo sucede con la vida que te fue dada por tus padres, no hay forma de devolverlo. Cuando tienes un tema pendiente con el merecimiento, sientes que debes hacer algo para “ganar u obtener” lo que te dan. También es probable que lleves, inconscientemente, una lista con todas las deudas y cuentas a pagar a los demás. Aquí la clave es aprender a recibir, desarrollar la humildad para abrir las manos y potenciar el agradecimiento. 

La culpa

El impacto de sentirte constantemente en deuda, especialmente con tus padres, es que se desarrolla la culpa.
Entonces revisa:

  1. ¿de qué te sientes culpable ahora mismo?
  2. ¿en qué momentos has sentido culpa por algo que obtuviste, recibiste o ganaste?
  3. ¿qué tipo de personas activan el sentimiento de culpa en ti?

Quiero ser clara contigo: la culpa quita fuerza, no es sana, te ancla en una sensación de deuda, por supuesto, y también de falta. Con la culpa puedes desarrollar resentimiento hacia quien, a tus ojos, tanto te ofrece… y esto es porque no logras desarrollar la retribución, que no siempre es económica, también puede ser agradecimiento o de utilizar aquello que te fue dado como una herramienta de vida. Al final, es un círculo vicioso donde no hay merecimiento, sientes culpa, sigues pensando en retribuir y al mismo tiempo, endeudada. 

Tus padres tomaron una decisión

¿La culpa y los padres? Es una frase que no rima.

La función paternal es de cuidar, proteger, educar y suplir necesidades físicas, emocionales y de desarrollo del niño.
Quiero invitarte a reflexionar: lo que tus padres te dieron inició con una decisión. Es decir, ellos decidieron dártelo.
Entonces, ¿qué pretendes lograr con el tener una deuda? ¿Acaso ese sentir te ha impulsado a accionar, a disfrutar o a vivir tu vida? Si es tu caso, genial…pero creería que cuando hay culpa hacia lo que los padres dieron, hay poca acción concreta y dirigida a lo que quieres lograr.

Recuerda: la niña exige, se queja, se lamenta, se siente víctima de algo. La adulta asume su responsabilidad, acciona, reconoce sus deseos y lo que debe hacer para llegar a ellos y por supuesto, se encarga física y emocionalmente de sí misma.

¿Cómo cambiar tu enfoque?

  • Entonces: ¿en qué puedes enfocarte para trascender el sentimiento de culpa?
    1. Honrar tu vida, reconociendo el regalo que te dieron tus padres. Esto te invita a: ser tú, vivir tus deseos, hacer lo que te place, darte gusto…
    2. Honrar lo que te han dado. Esto implica tomar la decisión radical de hacer algo bueno con eso, de ponerlo al servicio de la vida, de ver su utilidad y usarlo. Cuando lo aplicas en toda tu vida, notas la diferencia. 
    3. Imagina que en tus manos tienes todo lo que te han dado tus padres. Siéntelo. Es probable que llegue a ser tanto, que no quepa en tus manos. Entonces, allí puedes sentirte motivada a dar vida a tus proyectos, deseos e incluso, hijos. Es darle a la vida, es hacer algo bueno con todo lo que tienes en tu interior y es, en resumen, enfocarte en qué puedes ofrecer a los demás (en tu profesión, con tus colegas, amigos, futuros proyectos, con tus propios hijos) que proviene de esa caja de herramientas que se ha constituído a lo largo de tu vida.

Deseo que encuentres utilidad en este episodio. Recuerda compartirlo con tus amigas y familiares, para que más personas se beneficien y logren su transformación expansiva.

Descubre mis otros artículos:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


Carrito de compra