Las relaciones de pareja son una maestría de vida, pues en ellas logras volcar las creencias, lealtades familiares y patrones que has aprendido de tu clan, así como de la sociedad. La pareja no surge al azar, todo lo contrario: es la oportunidad que tiene el árbol familiar para reparar, sanar o transformar antiguos embrollos y dinámicas dolorosas. El reto de las relaciones de pareja es lograr que el amor, como núcleo que les une, se potencie con diversos valores, comportamientos y actitudes.
Más que leyes o mandamientos, estas prioridades te ayudarán a reflexionar, evaluar y dar un paso hacia el desarrollo del bienestar de tu pareja. Si estás soltera, pregúntate si alguno de esos aspectos participó en tus últimas relaciones y aprende más sobre ti.
Las relaciones de pareja fundamentadas
Tú: atiéndete primero, concédete tiempo, invierte en ti. Las relaciones de pareja inician con la base, es decir, cada individuo.
La pareja: si conoces los órdenes del amor, sabes que la relación de pareja viene primero, incluso antes que los hijos, pues es el orden de antiguedad. Entonces, pregúntate: ¿has respetado el lugar que tu pareja ocupa en tu vida?
Relaciones de pareja y cotidianidad
A partir de aquí, selecciona la estructura o método que te funciona. Estas opciones no aparecen por orden de prioridad, pues todas son importantes para el bienestar de las relaciones de pareja.
La comunicación: es un pilar fundamental que, unido al respeto, la asertividad y el diálogo oportuno; potencian la relación. Implica dialogar y escuchar activamente, apreciando en los gestos, la información que el otro comunica.
El sexo: una pareja sin sexo está dejando de lado la energía vital que fortalece las relaciones de pareja. El sexo es vida, es energía de vida y justamente gracias a él, pudiste nacer. Cuando una pareja pasa mucho tiempo sin sexo, se desconecta de esa energía vital; pues las parejas solamente pueden existir si lo hay. Por supuesto: existen muchos matices respecto a este tema y cada caso es único. Pero, lo esencial es que las relaciones sexuales sean una prioridad, pues ellas diferencian las relaciones de pareja de aquellas como la amistad o el compañerismo.
Dar y recibir en equilibrio promueve y potencia el bienestar de la pareja. Sé la escucha, el compartir, la empatía, la alegría y la complicidad que quieres. Cuídate de los excesos de hacer por el otro, lo que le corresponde; así como de darle de más. Cuídate de exigir, pedir y no entregar. Para esto, pregúntate cómo está tu balanza de dar y recibir.
Algo en común. No, no me refiero a los hijos. Si no: a los proyectos u objetivos, variados y ocupando diferentes áreas de vida, que les unen y llevan hacia ese lugar común.
El intercambio emocional, físico y económico
Ser apoyo. ¿De qué formas puedes ser estímulo, respaldo o ayuda? Pregúntate si has sido obstáculo para algo que tu pareja ha querido desarrollar. El apoyo no es económico ni financiero; aquí me refiero a trabajar en equipo, a reconocer las fortalezas y debilidades de cada uno y actuar siendo soporte para el bienestar general de la pareja y de cada uno.
El dinero. Las finanzas y economía de la pareja son uno de los puntos angulares que llevan a inconvenientes y desacuerdos. Antes de poner el ojo en el otro, fíjate en ti: ¿de qué formas tus acciones favorecen o degradan las finanzas de la pareja? ¿tienen acuerdos? ¿has cumplido con ellos?
Balance en todas las áreas de la vida. Recuerda que hay un tiempo para todo: el placer, el descanso, el trabajo, la familia de origen, los amigos, la diversión, la educación…¿cómo te sientes en esas áreas? ¿has aportado al balance tuyo y de la relación de pareja?
Privacidad: lo que pertenece a la pareja es sagrado. Cuando compartes la intimidad de tu pareja, permites que un tercero (o más) ingrese a su lugar sagrado. Entonces, reflexiona: ¿qué motivación tienes al querer contar tus intimidades? ¿acaso buscas aliados? Este punto es especialmente importante si compartes tu vida privada de pareja con tu familia: ellos no podrán ser imparciales y eso, en algún momento, impactará tu vida de pareja. Si tienes una situación retadora: busca una ayuda imparcial y externa; será el mayor beneficio para ambos.
Y tú…
¿De qué has tomado consciencia con estas 10 prioridades? ¿Cómo puedes potenciar tu relación de pareja? En caso de estar soltera, ¿qué aprendiste de ti con tus antiguas parejas? ¿qué eco te producen estas prioridades?
Ahora es tu turno de vivir una relación de pareja con alto bienestar, ¿te atreves?