Podrías preguntarte: ¿evolucionar o repetir? Y te diré: “esa es la cuestión…al menos para las mujeres conscientes que visitan este blog”.
Y te preguntarás: ¿cómo así? ¿acaso solo existen este par de opciones?
La verdad es que hay muchas opciones más, tantas como las necesites.
Sin embargo, para mujeres conscientes de su proceso de transformación,
que actúan desde la adulta responsable que son
y reconocen su capacidad de aprendizaje; sólo existen estas dos opciones.
Con la vida que ha pasado de generación en generación, has recibido una herencia familiar que implica que vivas ciertos retos hasta que:
tomes consciencia de tu poder creador,
te animes a honrar tu vida yendo en la dirección de tus objetivos,
reconozcas que ya tus ancestros y familiares pagaron el alto precio de vivir una vida sin sentido, bienestar y en infelicidad.
Solo así, te das cuenta que evolucionar te acerca a tu bienestar integral; ese que pasa por lo físico, lo emocional y lo espiritual. Y que repetir es autocondenarte, aún cuando ninguna herencia familiar, por más trágica que sea, te ancle hacia estados de insatisfacción, infelicidad y malestar.
Déjame te cuento, a través de beneficios, cómo evolucionar es un naturaleza que podrías considerar como la ideal.
3 beneficios de evolucionar
Quiero invitarte a comprender el verbo evolucionar, como: desarrollarse o pasar de un estado a otro. En este caso, el enfoque será en estados emocionales, físicos (como las reacciones que tu cuerpo genera frente a una situación, recuerdo o persona) y de pensamiento (un ejemplo será el dejar el hábito de centrarte en ideas que te debilitan).
Pasas de un estado a otro, a ese ideal que quieres. Este, es quizás el beneficio más importante. Para eso, imagínate con esa situación que hoy te incomoda…y ahora llévate a un estado donde es completamente diferente. ¿Cómo sería tu vida?
Aumentas tu bienestar emocional, físico y espiritual. Ya que imaginaste esa transformación, vuelve a conectar con ella y observa tus sensaciones corporales o sencillamente, cómo te sientes con solo imaginarlo.
Aprendes. Cuando decides transformarte a través de los procesos que la vida te envía: aprendes de ti, de la situación, de las personas, de tus acciones…en fin, la lista podría ser bastante larga. Aprender es lo que mantiene el espíritu y la mente joven, abierta a los cambios y a la adaptación…lo que al final, te beneficia en todas las áreas de tu vida; especialmente si utilizas tus aprendizajes como herramienta o recurso, para cada reto o situación que vivas en un futuro.
3 consecuencias de no querer evolucionar y seguir repitiendo
Experimentas las consecuencias en tu bienestar, teniendo experiencias que te producen inestabilidad emocional, impactando tu salud física y áreas concretas de tu vida, donde sentirás que estás condenada a vivirlo así.
Ingresas a una espiral sin fin. Lo que te llevará a desconectarte de tu poder co-creador de la realidad que deseas. Y, como indicado anteriormente, producirá un efecto en diversas áreas de tu vida…al final, lo llamarás destino, aún cuando no es así.
Experimentarás drama. Es probable que actúes desde una posición donde esperas que el mundo lo solucione por ti, sentirás enojo por no conseguir lo que quieres y tratarás de endosar responsabilidades por doquier. Al final, olvidarás que tu responsabilidad, es decir, tu capacidad de responder; es amplia y vive en ti.
Ahora, ¿qué decides?
En tu interior reside el poder de elegir: cómo vivir, cómo observar las situaciones y retos, qué acciones realizar, cómo transformar tus emociones y por supuesto, tu. Entonces, ¿qué decides hacer: evolucionar o repetir?